Sabemos que el perro precisa de actividad física diaria para su óptimo equilibrio emocional. Son muchos los propietarios que, conscientes de ello, dedican tiempo diario a hacer ejercicio con su perro para mantenerlo en forma (física y mentalmente). Éste pequeño artículo está enfocado a propietarios de perros domésticos, e intenta hacer tomar conciencia de la importancia del juego responsable. Es fundamental tener en cuenta el carácter y predisposiciones de cada perro para personalizar los juegos que mejor se le adecuen. Desde el ámbito del juego podemos moldear parte de la conducta de un perro.Durante las actividades de juego podemos trabajar, entre otros aspectos, el autocontrol de nuestro perro mediante ejercicios de obediencia. El juego es la actividad donde generalmente son más altos los niveles de atención y excitación, lo que puede convertirse en un arma educacional muy útil. Muchos son los dueños que eligen el juego con la pelota como rutina para el ejercicio físico de su perro.Esta actividad activa una conducta innata. Es el instinto del perro le impulsa a ir detrás de su presa(la pelota) para capturarla. Imaginemos un ejemplo: un perro está rodeado de amiguitos. Lo está pasando genial jugando con ellos, y de repente su propietario le muestra su pelota preferida. Automáticamente el perro olvida al resto de sus amigos perrunos y su atención se centra en la pelota. ¿Prefiere el perro jugar con la pelota que con otros perros? El perro no “elige” jugar a pelota. El perro del ejemplo es víctima de su instinto de presa. Su mente no puede desconectar del juguete porque (entre otros aspectos) ha activado una conducta instintiva, y siente la necesidad de ir detrás de ella. El perro del ejemplo está siendo “obligado” por su mente a ir detrás de la pelota. Es aconsejable:
- Fomentar el juego con otros perros y no cortar estos momentos con la pelota.
- No basar todo el paseo en el juego con la pelota. Si jugamos con nuestro perro a pelota, hagamos que antes y después del juego tenga un buen paseo sin juguetes de por medio.
- Una vez finalizado el juego repite siempre la misma palabra para indicarle que habéis terminado. Un largo paseo para que desconecte del juego le ayudará a relajarse.
- El juego con la pelota no debe ser el único motor de ocio para nuestro perro. Hay infinitas formas de hacer ejercicio físico con nuestro perro: practicar agility correr con él, jugar con un mordedor, ir en bicicleta, llevarlo de excursión, a la playa, o con otros perros para que jueguen juntos.
El ejercicio físico diario es imprescindible en la vida de un perro. Debe tomarse esta actividad como una responsabilidad, tomarse tiempo para el paseo del “pre-juego” y del “post-juego”, y elegir el tipo de actividad que se adecúe mejor a cada caso concreto.