- La mayoría de perros que teme a los petardos entra en un estado fuerte de ansiedad y a veces, incluso pánico.
- En este estado son incapaces de reaccionar de manera normal y de atender a nuestras indicaciones.
- Debemos intentar ignorar su comportamiento lo máximo posible y reaccionar como si nada pasara para que tome ejemplo.
Algunos perros más sensibles son más propensos a asustarse con los petardos.
En estas fechas la mayoría de propietarios de perros están preocupados por las festividades de San Juan que se avecinan. En los días previos a las fiestas ya se van escuchando algunos petardos pero la noche de la verbena es el punto álgido. Algunos perros pueden tener problemas en estas fechas, pero también en otras celebraciones en las que se lancen petardos, como acontecimientos deportivos, o ruidos fuertes de otro tipo.
Estas reacciones de miedo pueden venir favorecidas por: la genética del animal, su propio carácter y temperamento, la seguridad en sí mismo, la exposición a ruidos fuertes en su etapa de socialización, el contacto con otros perros miedosos, y casi más importante, por la actitud del propietario.
No debemos reaccionar ante los petardos. Debemos mostrarnos tranquilos para que tome ejemplo de nosotros.
La mayoría de perros que teme a los petardos entra en un estado fuerte de ansiedad y a veces, incluso pánico. En este estado son incapaces de reaccionar de manera normal y de atender a nuestras indicaciones. Sufren bastante y pueden tener comportamientos y reacciones anormales. Algunas de estas reacciones y comportamientos pueden ser: hipersalivación, polidipsia (beber mucho), hiporexia o anorexia (pérdida de apetito), vocalizaciones, orinarse dentro de casa, esconderse en sitios pequeños (debajo de la cama, armario, plato de ducha, etc.), salir corriendo sin control…
En estos casos debemos ser comprensivos, pues el animal está reaccionando irracionalmente por estrés. Debemos intentar ignorar su comportamiento lo máximo posible y reaccionar como si nada pasara para que tome ejemplo, y no intentar calmarlo ni consolarlo para no reforzar su comportamiento negativo.
Además, si tu perro tiene miedo a los petardos, es aconsejable no salir de casa, y mantener puertas y ventanas cerradas para reducir los ruidos. En caso de no tener más remedio que salir de casa, intentar hacerlo en las horas previas a la verbena para evitar el momento más ruidoso, y siempre con el collar bien ajustado o con un arnés para que en un ataque de pánico no pueda escaparse (hago un inciso de la importancia de tener al animal identificado con microchip en estos casos). Pasar la verbena en lugares alejados de las celebraciones siempre es una buenísima opción.
Podemos consultar con nuestro veterinario algún producto que nos ayude a tranquilizar a nuestro animal.
Hay que intentar seguir la rutina en la medida de lo posible y mantener con el animal un estado de calma, que potencie su tranquilidad (no ponernos nosotros nerviosos antes pensando que él se pondrá nervioso…).
Antes de medicar a nuestro perro debemos siempre consultar un veterinario.
En caso necesario, podemos consultar con nuestro veterinario algún producto que nos ayude a tranquilizar a nuestro animal. En este punto tenemos productos naturales algo más suaves y sin efectos adversos (Calmex, Zylkene, etc.), piensos con productos relajantes (Royal Canin Calm), y fármacos sedantes como tal. Hace años se viene abusando de este último grupo de fármacos, y se compran y administran sin consultarlo al veterinario.
Debemos tener en cuenta que este tipo de productos deben tener dosis perfectamente calculadas, pues sino, pueden dejar a nuestro animal demasiado deprimido y tener que correr a urgencias con riesgo para su vida, o en algunos animales nos puede hacer el efecto adverso y hiperexcitarlo, enormemente contraproducente. Además, son 6-8horas que el animal estará sedado, y si debemos caminar con él, quizás no pueda y debamos cargarlo. Los productos naturales, en auge últimamente, son más suaves, pero no tienen estos problemas. La única consideración que debemos tener es que producen un efecto acumulativo, por lo tanto deben empezar a administrarse unos 7-10 días antes de San Juan para que tengan el efecto óptimo cuando lo necesitemos.
Medicar al perro tiene un problema añadido, ya que el perro sigue siendo consciente de los ruidos, y sigue teniendo miedo.
El problema de todas estas medicaciones, un tipo u otro, es que el animal sigue siendo consciente de los ruidos, y sigue teniendo miedo, solo que en un menor grado, o en el caso de los sedantes farmacológicos, en el mismo grado pero esta tan tirado que no se puede mover. La MEJOR alternativa SIEMPRE es una terapia de desensibilización frente a ruidos fuertes.
La mejor alternativa siempre es una terapia conductual frente a ruidos fuertes.
Acudir a un profesional para solucionar el problema está al alcance de todos.
Desde Dogged recomendamos esta última alternativa. La terapia de desensibilización requiere de su tiempo, pero es el único remedio definitivo. En estas terapias se ayuda al animal a superar sus miedos (en este caso frente a ruidos fuertes) de manera que nunca más vuelva a tener todos estos signos de estrés.
Esperamos que estos consejos os ayuden a pasar estos días con vuestro perro de la manera más agradable posible, y os animamos a que si vuestro animal sufre, una vez todo pase, lo expongáis a una terapia como la que os comentamos, para que en acontecimientos futuros sea todo más llevadero.
****
PD: Sé que siempre hablamos de perros, pero en esta ocasión, quiero daros un pequeño apunte a los propietarios de gatos. Para ellos, que no salen de casa, lo mejor que podemos hacer es no dejarlos salir a terrazas y demás, mantener puertas y ventanas cerradas, y encerrarlos en una habitación lo menos ruidosa posible. Podéis consultar con vuestro veterinario remedios relajantes para gatos, como las feromonas anti estrés Feliway.