Cualesquiera que tenga o haya tenido perros, seguro que tendrá cientos de historias y anécdotas que contar a cerca de ellos. Quien no conoce alguna historia de perros leales hasta la muerte, de perros que salvaron vidas humanas, de perros que ganan concursos y muchas historias más. Sin embargo, lo que realmente marca las vidas a los amantes de los perros son las anécdotas de nuestra vida diaria: anécdotas de perros que nos vuelven locos con sus travesuras, del primer perro que tuvimos, recuerdos de los perros que se fueron y que nos dejaron huella. Como yo, y creo que todos vosotros, pensáis que el amor y la lealtad de vuestro perro no deben ser ignorados pienso que vale la pena rendirle un tributo a nuestro mejor amigo contando sus historias a todo el mundo.
Por ese motivo nos gustaría explicaros a Vicens y a mí nuestra experiencia con Dogged, con los que gracias a su ayuda y paciencia aprendimos a batallar con nuestro perro un precioso Pastor Belga con cara de no romper nunca un plato pero que en realidad es un auténtico terremoto.
Black es un Pastor Belga Groenendael, uno de los 4 tipos de Pastor Belga que podemos encontrar.
“Black”, que es así como se llama, tuvo un problema de cachorro sufrió una lesión nada habitual para un perro de su edad “rotura del ligamento en pierna trasera derecha” lo que imposibilitó que tuviera una infancia normal; no podía ni correr, ni saltar, ni dar largos paseos ¡os imagináis algo así en un cachorro con solo dos meses y medio y puro nervio!.
Debido a esta dificultad Black no pudo tener una socialización adecuada ya que no podía jugar con otros perros a lo que debo añadir un carácter tímido y poco dado a las caricias por parte de extraños. Dicho problema acabó derivando en una actitud cada vez más complicada: cuando salíamos a pasear si se encontraba con algún perro se ponía muy nervioso y ladraba como un loco y si alguien intentaba tocarlo reculaba y no había manera que se dejara acariciar. Se hizo totalmente imposible sentarse en un parque o tomar algo en la terraza de un bar ya que aunque pasara un perro por la acera de enfrente se ponía hecho una fiera, “como si fuera a comérselo” también teníamos que evitar puertas de casa con perros ya que también se ponía agresivo. Yo ya empezaba a rendirme, de hecho ya no quería ni sacarlo a pasear si no era con mi marido, y fue en ese momento cuando decidimos buscar ayuda profesional y buscando por internet conocimos a DOGGED y con ellos a “Alexis” (que peloteos a parte creo que es un gran persona y un muy buen educador).
La poco común lesión de Black, impidió realizar con normalidad la socialización siendo cachorro.
Bueno, entrando ya en los detalles de su educación, en nuestro primer encuentro con Alexis tuvimos una buena charla en la que, resumiendo, nos recomendó iniciar con unas normas básicas de obediencia y después entrar ya en los detalles de socialización (que a fin de cuentas era lo que me preocupaba). Desde la primera clase “Black” demostró una muy buena predisposición aprendiendo las órdenes en muy poco tiempo, lo que nos animo mucho a Vicens y a mí a seguir con las clases, hay que tener en cuenta que la labor de los propietarios es muy importante; “debe ser constante y procurar no perder nunca la paciencia” y aquí es donde se nota mucho la labor del instructor que te enseña que es lo que se debe y no se debe hacer.
Inicialmente empezamos con normas tan básicas como; el seu, quiet, el luring, mal, be, juegos interactivos, etc.…, en un parque cerca de casa en el que no pasa prácticamente nadie (porque, eso sí, para Black el paso de una mosca es motivo de distracción). Una vez bien superada la fase de obediencia pasamos a la fase “para mí, la más complicada y la más temida la SOCIALIZACIÓN”, la primera vez yo iba muy preocupada ya que lo pasaba muy mal ante dichas reacciones agresivas, pero “mira tú”, que aquí fue donde más alegrías tuve ya que Alexis supo buscar muy bien los perros con los que jugar y llevar muy bien a Black en todo momento. No hubo ni un gruñido ni tan siquiera un intento de enseñar los dientes y acabamos teniendo un paseo muy agradable.
Black, junto a Alexis y Jonathan en una sesión de socialización ayudados por Kelpi.
Por otro lado, la socialización con personas se realizó en un parque cercano en el que asistían diversos figurantes (MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS ELLOS, POR CIERTO) en los que se realizó diversos ejercicios para que poco a poco Black fuera dejándose tocar cada vez más y no se sintiera agobiado, los premios eran trozos de salchichas que le daban los figurantes antes de tocarlo y en otra fase pasamos a ser nosotros los que le dábamos las salchichas, mientras Alexis lo iba paseando y acercándolo a ellos en determinados momentos. Al tratarse de un perro poco dado a las caricias quizás fue el proceso que más costo y más lento aunque finalmente se vieron los resultados deseados.
Y ya para finalizar diré que actualmente “Black” es un perro feliz que se relaciona con muchos perros y con los que da gusto verlo “no para de jugar y saltar con ellos”, de hecho, cuando tenemos prisa y no da tiempo de ir al parque a jugar “lloriquea”, “frena” y se lo queda mirando. Nosotros por nuestra parte seguimos recordándole las ordenes, procurando que juegue con el máximo de perros y que se acerque a personas para que no pierda este nuevo comportamiento del que estamos tan contentos. Por fin puedo tomar un café tranquilamente en una terraza y si Vicens no puede sacarlo a pasear lo saco yo con toda la alegría y relajación del mundo. Por todo esto tanto Vicens como yo queremos agradecerle a DOGGED y a Alexis todo el trabajo realizado y toda la ayuda prestada.
Saludos y hasta siempre,
Black, Vicens y Elisa