Miedo a las escaleras, Propiocepción y Gestión Emocional

Hoy he hecho una visita con Roc, un simpático Golden Retriever de un año y medio con un terrible miedo a bajar las escaleras de su casa. Un caso bastante habitual aunque poco visible.  Esto me ha hecho animarme a hablaros de un tema también bastante invisible fuera de nuestro entorno profesional: la prevención de la aparición miedos (más allá de la habituación y el contracondicionamiento).

En el curso de cachorros es un tema al que damos mucha importancia: ayudar al perro a formar un esquema mental que le impulse a afrontar sus miedos. El cachorro, en lugar de evitar una situación algo incómoda, aprende a gestionarse, a superar su miedo o incomodidad y ver que “no era para tanto.

escaleras

Estos ejercicios sirven como una medida preventiva, pues ayudan a evitar que surjan miedos en el futuro. Si damos relevancia a ejercicios de gestión emocional cuando aún es cachorro, mientras se forma su carácter, ayudaremos a que nuestro perro adquiera mayor seguridad en sí mismo, mayor autonomía (menor dependencia) y mayor optimismo entorno a situaciones incómodas de su vida cotidiana.

Sabemos que hay perros más sensibles que otros, e incluso ciertas razas que tienden a ser más o menos miedosas. Por ejemplo, es relativamente habitual en un Labrador o Golden Retriever la aparición de miedos relacionados con pisar superficies inestables, suelos resbaladizos o escaleras, como es el caso de Roc. Por ello (y sobretodo en éstos casos) se vuelve imprescindible entrenar la propiocepción de nuestro cachorro.

Más ejemplos de situaciones donde interviene la propiocepción

huele

Aunque el más evidente sea el miedo a las escaleras hay muchos más ejemplos de situaciones en las que interviene la propiocepción.  Es más, recuerdo un perro que traté hace 4 o 5 años por un problema de agresividad hacia otros perros. Era un perro bastante sociable. Jugaba con otros perros, pero cuando se le acercaban a olisquear por detrás atacaba sin avisar. Sólo atacaba en esa situación: cuando un perro, fuese el que fuese, venía a olerlo por detrás.

¿Os podéis imaginar porque atacaba? Pues era un problema de miedo. Miedo a una parte de su cuerpo que le era totalmente desconocida: sus cuartos traseros, por lo que si un perro se le acercaba por detrás su respuesta de miedo era tal que le impulsaba a atacar para “defenderse”.

La propiocepción consiste en eso mismo, en hacer al perro consciente de que sus patas traseras existen, aunque no las pueda ver cuando camina. Hacerle entender que están ahí, forman parte de él y que las controla.

Resumiendo, la propiocepción sería la capacidad para conocer la posición de las partes del propio cuerpo. Por ello es muy útil trabajar la propiocepción en cachorros, pues contribuye a formar un perro seguro de sí mismo y preparado para afrontar los miedos que pueda encontrarse cuando sea adulto.

Algunos ejemplos de cómo trabajar la propiocepción

En el pasado curso de cachorros teníamos a Dante, un Galgo Piccolo que le acabó cogiendo el gusto a esto de la propiocepción. En la clase habíamos lanzado varias propuestas para trabajarla. Y mirad. ¡Da gusto proponer un reto a tus alumnos y ver como doblan la apuesta!

Aquí vemos al pequeño Dante, un cachorro de galgo piccolo, haciendo un trabajo de propiocepción y equilibrio. Gracias a ejercicios como éste conseguimos que los cachorros aprendan a gestionar situaciones incómodas de manera positiva, previniendo así problemas de miedo en el futuro.

Son ejercicios sencillos para el perro, que se gradúan paso a paso.

Un primer paso es enseñar al perro a controlar la posición de sus patas haciéndole pasar por pequeños obstáculos usando comida. Puede servirte una escalera de pintor. Aquí veis un ejemplo de nuestros compañeros de Care Animal Clinic Brookfield.

Existen multitud de ejercicios que tienen por objetivo trabajar la propiocepción de nuestro perro. Me gusta el ejercicio con la escalera de pintor porque suele ser algo que la mayoría de gente tiene en casa, con lo que practicarlo es muy sencillo.Otro ejemplo de cómo trabajar la propiocepción.

Otro ejemplo de cómo trabajar la propiocepción.

Algunos ejercicios de propiocepción consisten también en enseñar al perro a colocar sus patas en una determinada posición, o incluso encima de algún objeto. En adiestramiento deportivo se usa mucho este sistema, como el que veis en la fotografía.

El perro aprenderá a mover con precisión las partes de su cuerpo, y esto tiene mucha más relevancia de la que a priori pueda parecer. Aparte de que es fundamental para poder trabajar el equilibrio, la propiocepción ayuda mucho en la socialización, pues el perro aprenderá a manejar a la perfección la posición de su cuerpo, lo que le facilitará las cosas cuando interaccione con otros perros.

Vale la pena poner atención en puntos como la propiocepción, por eso llevaba tiempo queriendo escribir acerca de ello.

Volvemos con el blog renovado, iremos subiendo artículos de interés. Ya sabéis que si tenéis alguna duda podéis comentar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *